Cómo hacer una mudanza organizada (y sobrevivir en el intento) con estos 6 consejos
Si estás a punto de mudarte, seguro que a medida que se acerca el día te preguntas constantemente “¿Cómo hago yo todo esto?”, pero tranquilo todos hemos estado ahí.
Y es que una mudanza puede ser mucho más sencilla de lo que parece cuando sabes por dónde empezar. Por eso hoy te traemos una guía clara, con consejos que funcionan de verdad para saber cómo hacer una mudanza organizada.
Empieza por lo que no se ve: la planificación mental
Antes de tocar una sola caja, siéntate cinco minutos y hazte esta pregunta: ¿Qué tipo de mudanza quiero tener?
Una caótica, donde acabas metiendo todo en bolsas de basura la noche de antes… ¿O una organizada, donde llegas a tu nueva casa sabiendo dónde está cada cosa? La diferencia está en cómo te preparas.
Te recomendamos que empieces a planificar tu mudanza con, al menos, un mes de antelación si es posible. Y es que cuanto antes empieces, menos estrés tendrás en los días clave ya que habrás tenido tiempo de pensar en cada detalle y tenerlo todo listo.
Piensa en la mudanza como un proyecto en el que necesitas:
- Una fecha clara o una franja de días en los que se hará la mudanza.
- Saber si tendrás ayuda (familia, amigos o una empresa de mudanzas como Gil Stauffer),
- Calcular cuántas cosas tienes realmente que mover.
Y aquí viene el siguiente paso imprescindible…
El gran filtro: quedarse, donar o tirar
Una mudanza es la excusa perfecta, pero también necesaria para hacer limpieza.
No hablamos solo de tirar papeles o cajas viejas, sino de decidir qué merece realmente la pena guardar. La clave es valorar tus objetos de forma consciente: ¿Te sirve? ¿Lo usas? ¿Te gusta? ¿Tiene sentido cargarlo a otra casa?
Cuanto menos te lleves, más barata, rápida y agradable será tu mudanza. Y para empezar esta clasificación sólo necesitas empezar con tres montones o separaciones:
- Lo que se queda (lo imprescindible).
- Lo que se dona o vende (mejor darle una segunda vida o sacarle un extra).
- Lo que se tira (sin remordimientos).
Hazlo habitación por habitación y si puedes, aprovecha para vender muebles o electrodomésticos que no te cuadran en tu nueva casa y ganarás espacio y dinero.
Materiales que realmente necesitas (y los que no)
Puedes mudarte con cajas del supermercado o de la tienda de al lado de casa… Pero agradecerás muchísimo contar con un material que tenga un mínimo de calidad.

Y es que si ahorras en las cajas y materiales de protección, puede que te salga caro si lo que guardas dentro termina rompiéndose.
Pero independientemente de si optas por las opciones más económicas o eliges algo más de calidad, lo básico que necesitarás es:
- Cajas de distintos tamaños (y que sean resistentes).
- Cinta ancha de embalar.
- Rotulador permanente.
- Plástico de burbujas o mantas.
- Bolsas herméticas para piezas pequeñas.
- Fundas para colchones y ropa.
- Tijeras o una cutter
- Destornillador
Y si te preguntas por qué no incluimos las bolsas de basura, la respuesta es rápida: se rompen con facilidad, no son herméticas y terminarán por darte más problemas que ventajas.
Y un truco de profesionales: no llenes las cajas grandes con objetos pesados. Las pequeñas son para libros y cosas algo más pesadas; las grandes, para ropa y textiles.
Si llenas las cajas más grandes con lo que más pesa, lo notarán tu espalda y todas las cosas que pueden romperse por el peso y los golpes mientras estén dentro.
Embalar con cabeza: la rapidez no significa desorden
Cuando te lances a embalar tus pertenencias, empieza por lo que menos usas: libros, decoración, ropa de otras temporadas… El error típico es embalar lo necesario demasiado pronto y acabar teniendo que deshacer cajas por necesidad.
A medida que vayas llenando cajas, pon etiquetas claras que te ayuden a identificar lo que tiene cada una como por ejemplo: habitación + contenido + si es frágil.
Si quieres dar un pasito extra, haz fotos de algunos cajones o aparatos antes de desmontarlos. Así podrás montarlos en la nueva casa sin pelearte con cables misteriosos.

Un consejo extra muy realista: ten una caja de “supervivencia del primer día” con lo que necesitarás inmediatamente al llegar a tu nueva casa:
Esto incluye cargadores, pijama, dos mudas, artículos de higiene, agua, café soluble, tijeras, snacks, documentación…
Tu yo del futuro te lo agradecerá.
La semana crítica: orden, calma y estrategia
Durante los últimos días antes de la mudanza, la clave está en simplificar:
- Guarda solo lo indispensable y deja el resto listo para cargar.
- Si te mudas un fin de semana, intenta tener todo embalado como mínimo el jueves.
- Podrás empezar a llevar las cajas desde primera hora y no tendrás que hacerlo cansado tras haber tenido que dedicar tiempo en terminar de empaquetar las cajas.
El día de la mudanza: respira y confía
Cuando llegue el día o días de la mudanza es normal que algo no salga como planeaste. Aun así, si la preparación ha sido buena, ese día solo tendrás que seguir el ritmo: cargar, trasladar, descargar, colocar lo básico y descansar.
Un consejo importante: no intentes colocarlo todo ese mismo día. Asume que necesitarás 2 o 3 días para que tu casa empiece a coger forma otra vez.
Como ves, una mudanza organizada es, sobre todo, una mudanza que se ha preparado con tiempo.
Reducir, clasificar, embalar con método y mantener la calma son tus mejores herramientas. Si asumes que habrá imprevistos, pero tienes control sobre lo esencial, llegarás a tu nueva casa sin sentir que has luchado una batalla.
Y, si quieres que todo sea aún más fácil, siempre puedes confiar en Gil Stauffer, donde nuestros más de 100 años de experiencia serán la garantía de una mudanza bien pensada en la que nada queda al azar.
Para que así tú solo tengas que disfrutar el momento de abrir la puerta de tu nueva etapa.